Camino. Simplemente camino por las calles de la ciudad. Mi
ciudad, que a veces no me perece mía. O, tal vez, esta ciudad de la que a veces
siento que no soy.
Camino. La mañana es bella, soleada. Camino, miro vidrieras.
Busco algo que no está en las vidrieras. Camino y miro, camino y pienso, camino
y siento un vacío en el alma, una tristeza profunda. Angustia.
Jungla… junglita de cemento con pretensiones de Tokio, pero
con conductas neuróticas, displicentes por momentos. También autodestructivas
que me la presentan pre-destinada a ser sometida por un viento profético símil al
que arrasó Macondo. Autocomplaciente.
No estoy del todo en lo cierto, se verifican ciertos
esperanzadores florecimientos…sin embargo, hoy no soy optimista. Tus ojos, hoy,
solo son una imagen en mi mente.
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